encendete un fosforito

Por esta vez, y a modo de excepción porque creo que el caso lo amerita, publicaremos acá un link a un video extraído de un noticiero donde tanto periodista como productor y demás asistentes dieron vacaciones a sus criterios en tanto que ellos decidieron quedarse en Buenos Aires trabajando, tal vez para parar la olla, tal vez porque no se llevan bien con sus propios criterios y quisieron tenerlos lejos por unos días. El caso es que los primeros salieron en estampida a playas paradisíacas y bien lejanas y estas fabulosas personas se quedaron en la oficina y armaron una sección periodística que nos da material para que nos riamos con gusto y ganas.

También a modo excepcional, esta vez me ahorraré las múltiples observaciones que se me ocurren sobre este mamarracho y dejaré que opinen y conversemos en la sección de comentarios.

Por último, les dejo algunas preguntas circunstanciales:
-¿dónde está el alcohol en esa bebida alcohólica?
-¿sabrán los del canal qué es lo que significa XD?
-el tinte rojo n°2, ¿será la spremuta de cochinillas rojas de cuyo juguito se hace el colorante E-120 carmín?

Bueno, ahora los dejo con el video donde presentan una bebida power. ¡A mezclar y a probar, que explota!




Aportó: Luis, de http://ktulu.com.ar/

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collage

La velocidad es lo que rige, y en esto no hay ninguna duda como ninguna novedad. Velocidad para todo, sin importar de qué se trate. Es un concepto que no sólo adoptamos todos sino que, particularmente, lo adoptaron los periodistas y lo ponen a prueba a diario en sus ediciones digitales. Como consecuencia, entonces, puede suceder que se estrelle un avión en Libia y me resulte absolutamente imperioso que los lectores de mi diario se enteren YA de la situación, aunque haya sucedido a miles de kilómetros de distancia y entre enterarse YA y enterarse en cinco minutos no redunde en nada para nadie. Pero elijo el YA, porque la velocidad rige mi vida y mis movimientos. Entonces tomo todos los cables de las agencias de noticias que hayan publicado el accidente y pongo a los periodistas a traducir, en simultáneo, lo recibido.

-Pérez, Mancini y Torres: entre ustedes se reparten estos tres cables y me traducen uno cada uno. Vos, Garrido, recolectás lo que hayan traducido y lo ponés todo junto en la nota. Lo quiero en dos minutos en el sitio, ¿estamos? Sincronicemos relojes.... ¡YA!

Y así sale. Y así nos vamos acostumbrando a que salga. Un pegote de párrafos contradictorios que nadie se encargó de revisar y, mucho menos, de ordenar y darle un sentido. Entonces tenemos en una misma nota un único sobreviviente que, según el párrafo que se lea, tiene 8, 9 ó 10 años (lo cual nos da la pauta que los que escribieron originalmente las notas calcularon a ojo la edad del niño) y que, también según el párrafo que leamos, tenemos información sobre su estado... o no.

Y como en este blog tenemos corresponsales por doquier, los ojos revisando, contrastando y hallando vigas son muchísimos. Así es como Leonardo nos avisó de esta nota marcándonos el temor del periodista de La Nación porque hubiera viajantes británicos en el avión accidentado. ¿Será que éste se olvidó de aplicar criterio a la traducción y quitar la parte donde el periodista británico intentaba generar pánico entre sus lectores británicos suponiendo que había pasajeros británicos en el vuelo? ¿O será que, por algún motivo oscuro, realmente le preocupaba más que murieran británicos a que murieran libios y sudafricanos? Chi lo sa... por lo pronto lo que tenemos es este merengue de párrafos que, si fuera una pizza, se llamaría Gran Farola y tendría como ingredientes la suma de todos los de las pizzas ofrecidas por la cantina.



Aportó Leonardo, que sigue resistiéndose a tener blog.

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