En un intento de realizar una pintoresca voltereta estadística, quien armó el titular de esta noticia dejó patas arriba la frase con que quería intitular su nota. Ya verá usted a qué me refiero. Por lo pronto aventúrese leyendo esto que escribo, pues hemos encontrado un artículo de sumo interés que lo llevará a usted a usar internet para estudiar, o a estudiar para usar internet.
Pregunto:
¿Es lo mismo decir "en casa, todas mis plantas están vivas" que "en casa, todas las cosas vivas son plantas"?
Respondo:
No señor. Habemus, además de humanos, gorgojos, polillas, hongos y palomas. Creédme.
Pregunto:
¿Es lo mismo decir "como todo lo que cocino" que "cocino todo lo que como"?
Respondo:
¡Claro que no, señor! La magia del delivery y de las comiditas en casas ajenas (al menos hasta ahora no me han hecho cocinar cuando fui de visita. Más les vale...) son una clara muestra de que no son mis manos las únicas que me alimentan.
Pregunto:
¿Es lo mismo decir "leo todo lo que escribo" que "escribo todo lo que leo"?
Respondo:
A veces, ojalá, pero no; otras, graciadiósantísimo no.
Pregunto, por último, entonces:
¿Es lo mismo decir "los que usan internet para estudiar leen más" que "los que más leen usan internet para estudiar"?
Respondo:
¡No! No es lo mismo. Y, obviamente, la conclusión que sacan es completamente errada, porque dejaron al revés la conclusión del dudoso estudio. Que los que más leen hagan más su tarea y, para ello, se ayuden con internet, no significa que internet los haya motivado a leer. Muchachos... entiendo que el título queda más tentador, pero al menos esperen hasta el fin de la nota para confesar que en verdad la información es la opuesta y ya no sorprende a nadie.
